Al finalizar un período o un programa de estudio, es importante que te acerques de algún modo a tus alumnos y entregues una retroalimentación que reconozca sus esfuerzos y avances, por lo que aquí te compartimos algunas ideas para que prepares tus feedbacks y les agradezcas su apoyo en tu curso.  

1. Enfócate en los aspectos positivos 

Los comentarios sobre el desempeño del alumno deben basarse en lo que se está haciendo bien para seguir fomentando esa actitud. Aquello que se haya hecho de forma incorrecta, debe incluirse paulatinamente y con tono amable.

2. Busca el contexto

El estudiante debe recibir un feedback en un momento oportuno, por ejemplo, después de una evaluación o al finalizar un curso. 

3. Necesidades individuales

En un aula conviven distintos tipos de estudiantes y cada uno debe recibir un feedback que se corresponda a su personalidad para que el efecto sea positivo. 

4. Reuniones personalizadas

Organiza pequeñas conferencias de 10 minutos con cada uno de los estudiantes para que tengan la oportunidad de recibir atención personalizada sobre su desempeño. Los alentarás a monitorear su progreso y esperar ansiosos la próxima reunión para determinar si van por buen camino. 

5. Habilidad o conocimiento específico

La retroalimentación deberá centrarse en una habilidad o conocimiento específico para que los lineamientos a seguir sean claros. Tendrá una visión precisa de lo que se pretende mejorar, en lugar de una lluvia de ideas que refieran a temas generales.

6. Cuaderno de progreso

Destina un cuaderno a registrar el progreso de los estudiantes, tanto a nivel general de la clase como a nivel particular, dividiendo el cuaderno en sectores individualizados. Allí anotarás comentarios semanales sobre cómo se está desempeñando, preguntas que te hizo para comprender sus intereses, problemas de conducta, resultados de pruebas, áreas que debe mejorar y temas que maneja correctamente.


7. Lenguaje corporal

Controlar tus gestos y movimientos es fundamental para compatibilizar tus palabras con la proyección de tu cuerpo. Un ceño fruncido que denote preocupación puede enviar un doble mensaje al estudiante que está luchando con sus capacidades de resolver un problema. Si la situación es compleja o el desempeño es realmente malo, lo mejor es mantener una expresión neutral.

8. Señala detalles

Esfuérzate para alabar los pequeños detalles que denotan la preocupación del estudiante por cumplir con la materia y consigo mismo. Por ejemplo, seguramente tengas en la clase un estudiante que suele llegar tarde, pero una semana logró estar a tiempo. En lugar de reprenderlo por lo que no hizo, reconoce su iniciativa por ser puntual e instalo a mantenerla, haciéndole notar que sus compañeros cumplen. 

9. Reconocimiento genuino

Los docentes que repiten “buen trabajo” aunque no se corresponda con el desempeño del estudiante, lograrán que catalogue la materia de “fácil” y apelará al mínimo esfuerzo. Las calificaciones deben ser genuinas, críticas y basadas en lo que el estudiante realmente puede mejorar de acuerdo con sus capacidades intelectuales y el contexto familiar en que está inmerso.

10. Segundas opiniones

Los comentarios de otro adulto son útiles para alcanzar una mayor objetividad en la retroalimentación. Pedirle a un director, otro docente o erudito en la temática que lea los ensayos y evaluaciones semestrales entusiasmará a los estudiantes y te brindará más herramientas para trabajar en su proceso de aprendizaje.

Esperamos que estos consejos te sean útiles para cerrar el año con lindos comentarios a tu clase. 


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