Después de 10 años trabajando en la enseñanza del inglés, tres trabajos (al día) para instituciones privadas y un viaje al extranjero que abrió mi mente a nuevas posibilidades, me di la oportunidad de hacer un curso nuevo que me ayudaría a ampliar mi curriculum y mis conocimientos en la docencia. No es poco común hacer esto, pues los maestros somos bien conocidos por capacitarnos con cursos en el área de la enseñanza. Pero poco sabía yo en ese momento que ese curso nuevo cambiaría mi vida.

Como mencione al inicio, realice un viaje que me abrió a la idea de pensar que más quería hacer en mi vida profesional, y esa fue el de tomar un curso para enseñar español a extranjeros. Me preparé intensivamente e invertí todos mis ahorros para poder aprender sobre esta nueva etapa en mi carrera. Algo que he de compartir es que tomo tiempo en recuperarme económicamente de esta inversión, la incluye más de 4 dígitos en pesos mexicanos.

Al terminar la capacitación, mi primera idea fue empezar a dar clases, así que envié mi curriculum a empresas extranjeras que están en mi estado. A las tres semanas obtuve una oportunidad en una empresa coreana, en donde estuve trabajando por meses enseñando a empleados que provienen de Corea con residencia larga en nuestro país. Fue un deleite enseñarles, pero al mismo tiempo todo un reto, pues enseñar español no es tan fácil como uno se puede imaginar. Con ellos aprendí aún más, pues, aunque no todo fue a prueba y error, enseñar a alumnos con culturas e idioma diferente es una fuente rica en metodologías para la enseñanza y a como hacer y no hacer ciertas cosas.

A los pocos meses de haber terminado mi preparación ELE (enseñanza del español) me contactaron de una empresa alemana para darle clases a un practicante. Julián, por darle un nombre, necesitaba de clases avanzadas del español, pues era su tercera lengua para la universidad y estaba en México con el propósito de practicar español y aprender más sobre el área de ingeniería. El reto fue aún más desafiante, enseñar a alguien que tiene un nivel alto en español y que sabe de pies a cabeza estructuras gramaticales que a mi aún me faltaban por dominar (dentro de la enseñanza de la lengua) me daba dolores de cabeza. Me decía a mi misma en ciertas ocasiones: “¿Qué más le puedo enseñar a este alumno que prácticamente habla español tan bien como yo?”. Después de varias clases descubrí que el deseo de Julián no era solamente aprender gramática o vocabulario sino adentrarse a la cultura mexicana, saber más sobre el país, sus tradiciones, costumbres, etc. Así que lo que hice fue cambiar el syllabus en mis clases particulares para niveles avanzados. Y a partir de ahí, se cumplieron los objetivos deseados.

Mi experiencia en el campo de la enseñanza del español empezó a crecer gracias a los nuevos alumnos, lectura de artículos sobre ELE, y compartiendo experiencias con otros instructores del español. La plenitud en el campo laboral es uno de los sueños deseados de cada maestro, y yo me veía ahí, contenta y más que satisfecha con todo lo bueno que trajo una capacitación intensa y costosa en ELE. Valió la pena tanto esfuerzo, y poco a poco recuperaba la inversión monumental que había hecho.

Pero esto no acaba aquí.

Con el impulso de Tania Alonso y su compañía iStudy, se me invitó a ser parte del equipo de “e-learning” y creé CIELE, un curso económico para preparar instructores en la enseñanza del español. No sólo era instructora ELE, ahora me había convertido en instructora de instructores, con un curso en línea, en donde gente de todas partes del mundo tienen acceso a este. Me veía a mi misma impactada por saber que con sudor y lágrimas había creado algo que tiene trascendencia, que importa y que ayuda a otros a capacitarse y a aprender más sobre la enseñanza en lenguas. Me emocionaba saber que personas en otros estados de México adquirían el curso. Después en Colombia, Argentina, EUA. Y me causaba aún mas emoción e impacto saber que la mayoría de quienes tomaban mi curso encontraban oportunidades laborales en el área poco tiempo después de haber terminado el curso. Me enorgullece aún saber que sus metas, así como las mías, se iban cumpliendo.

Ahora con ese orgullo y aún con más determinación, continúo aplicando lo que he aprendido gracias a estos cursos, a la experiencia y a la creación de CIELE, el cual me ha dado más de lo que jamás me había imaginado. Gracias a la enseñanza ELE mi vida cambio de ser buena a ser simplemente excepcional. Viajando por el mundo me encuentro, dando clases en línea a extranjeros y aun mejor, dando clases particulares en Irlanda.


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